Lo contrario es la verdad del yoga. En lugar de competir con la medicina convencional, el yoga puede completarla. Verdaderamente, en mi experiencia, el yoga puede ayudarte a aprovechar más cualquier cuidado que estés recibiendo, alternativo o convencional. Como adjunto a otros cuidados, el yoga tiene una ventaja por encima de otras modalidades que suelen etiquetarse como medicina alternativa. Puede ampliar los beneficios, y cómo el yoga puede ofrecernos el uso de menos medicamentos o hierbas o emplearlos en menores dosis, los efectos secundarios son menores. Además, al contrario que los tratamientos que pueden interferir con otros –del modo que las vitaminas pueden interferir en la quimioterapia o algunas hierbas con los anestésicos–, es totalmente imposible que una buena elección del yoga pueda interactuar negativamente con cualquier otro tratamiento.
El yoga parece ser efectivo en el tratamiento de una amplia variedad de enfermedades. Examinaremos las pruebas científicas más adelante, pero de momento veamos lo que tienen que decir las personas que han probado el yoga terapéutico. En 1983 y 1984, el Yoga Biomedical Trust con sede en Londres, dirigido por el Dr. Robin Monro, estudió a 2.700 personas, la mayoría de edades comprendidas entre los 31 y los 60 años, que empleaban el yoga de forma terapéutica. Para participar, tenían que haber practicado yoga al menos dos horas a la semana durante un año como mínimo. Aunque el número de personas con alguna enfermedad concreta era pequeño, los resultados (ver tabla 1.1) eran impresionantes: el 98% de los que sufrían dolor de espalda, el 90% de los pacientes con cáncer, el 82% de las personas con insomnio y el 100% de los alcohólicos consideraban que el yoga era útil. El menor índice de éxito del estudio se registró en mujeres con “problemas menstruales”: dos de cada tres consideraban que el yoga las había ayudado.
TABLA1.1 ENFERMEDADES QUE MEJORARON CON EL YOGA, DATOS RECOGIDOS POR EL AUTOR
PORCENTAJE DE PROBLEMA MÉDICO | NÚMERO DE PERSONAS ESTUDIADAS | PORCENTAJE DE AYUDADOS POR EL YOGA |
Alcoholismo | 26 | 100 |
Ansiedad | 838 | 94 |
Artrosis y problemas reumáticos | 589 | 90 |
Asma o bronquitis | 226 | 88 |
Problemas de espalda | 1142 | 98 |
Cáncer | 29 | 90 |
Diabetes | 10 | 80 |
Úlcera duodenal | 40 | 90 |
Enfermedades coronarias | 50 | 94 |
Hemorroides | 391 | 88 |
Hipertensión | 150 | 84 |
Insomnio | 542 | 82 |
Trastornos de la menopausia | 247 | 83 |
Problemas menstruales | 317 | 68 |
Migrañas | 464 | 80 |
Trastornos neurológicos y neuromusculares | 112 | 96 |
Obesidad | 240 | 74 |
Síndrome premenstrual | 848 | 77 |
Tabaco | 219 | 74 |
Fuente: The Yoga Biomedical Trust, Londres.
Imagina cuánto se oiría hablar sobre una nueva medicina que pudiera funcionar aunque fuera sólo una parte. Sin embargo, mi experiencia me dice que pocos en la comunidad médica o el público general saben lo que el yoga les puede ofrecer. Estoy convencido de que parte del problema se debe a que mucha gente que puede beneficiarse del yoga no se atreve porque no entiende bien lo que es, quién puede hacerlo y quién no debería.
(…)
¿Qué es el yoga?
El yoga es una tecnología sistemática que sirve para mejorar el cuerpo, entender la mente y liberar el espíritu. Quienes practican yoga suelen ser más flexibles, más fuertes, más enérgicos, más delgados y más juveniles que la gente que no lo practica. Lo que se observa en el exterior es un reflejo de lo que ocurre en todos los sistemas del cuerpo. Con la práctica, se fortalece y se calma el sistema nervioso. Se aumenta el flujo sanguíneo hacia los órganos internos y se transporta más oxígeno a las células. Se elimina la confusión mental que puede turbar nuestra vida, lo cual nos permite ver las cosas con más claridad. Se cultivan los músculos espirituales de modo que se puede vivir más feliz, con menos ansiedad y con más paz.
El yoga cuenta con varias herramientas que pueden ayudarnos a superar uno de los factores principales que minan la salud y el bienestar de muchos en el mundo moderno: un desequilibrado sistema de respuesta al estrés. Como el estrés es un factor de muchas enfermedades –desde ataques al corazón hasta esterilidad– el papel del yoga en la reducción del estrés ayuda a explicar por qué éste es útil en tantas situaciones. No obstante, la reducción del estrés es buena para todo el mundo, no sólo para los enfermos. Una clase de yoga, o incluso un simple ejercicio de respiración, puede ayudarte a calmarte y sentirte más centrado. (…).
Los beneficios que aporta el yoga a la salud pueden explicarse en parte por el hecho de que diversas prácticas de estiramientos, respiración, movimientos, equilibrio, meditación y fuerza –los elementos de lo que se conoce como hatha yoga (pronunciado HOT-uh, no HATH-ah)– aportan muchos de los beneficios de otras actividades muy valiosas como caminar, levantar pesas o la retroalimentación, además de muchas más. A diferencia de algunos estándares de salud como las máquinas de escalones, las bicicletas estáticas y las cintas de correr –en las que los minutos parecen pasar dolorosamente despacio–, el yoga puede ser divertido. Mucha gente que lo practica con regularidad descubre que el yoga se hace más interesante con el tiempo. No conozco a nadie que se sienta así haciendo abdominales.
Hay una continuidad en los efectos del yoga. Primero, puede relajarte. Además, puede conducir al alivio de algunos síntomas de tu enfermedad. Con la práctica habitual, sobre todo de los ejercicios de estiramientos y fortalecimiento conocidos como asanas y las técnicas de respiración conocidas como pranayamas, el cuerpo y la respiración se fortalecen. La postura y la capacidad pulmonar mejoran, al igual que la función intestinal, el drenaje linfático y el funcionamiento del sistema inmune. Gradualmente, uno se va sintiendo más equilibrado, más capaz de resistir las hondas y las flechas de la temible fortuna.
El yoga es una medicina fuerte, pero lenta. No esperes curas de un día para otro con el yoga (aunque hay mucha gente que comienza a experimentar los beneficios muy pronto). Una de las diferencias principales entre el yoga y muchos otros enfoques para curar es que el yoga se construye sobre sí mismo, se va haciendo más efectivo con el tiempo. Esto no ocurre con la mayoría de las medicinas o las operaciones, ya que su efectividad suele ir disminuyendo gradualmente. En este sentido, el yoga es como aprender a tocar un instrumento musical: cuanto más compromiso tengas con él y más practiques, mejor te sentirás y más preparado estarás. Una conclusión que se desprende de esto es que el yoga no es el tratamiento adecuado para problemas graves como huesos rotos, infecciones importantes o emergencias quirúrgicas. Estos problemas deben solucionarse en establecimientos médicos convencionales y el tratamiento de estos problemas graves se realiza con la fuerza alopática de la medicina.
De hecho, el yoga tiene que ver con el equilibrio. Mucha gente tiene la impresión de que la práctica física del yoga tiene que ver con la flexibilidad, pero la flexibilidad física no es el objetivo principal de la práctica de asanas; el equilibrio sí lo es. Algunas personas que se apuntan a yoga, especialmente las mujeres, son muy flexibles; lo que buscan es fuerza. Otras personas, incluidos muchos hombres, son muy fuertes cuando llegan por primera vez a yoga, pero les falta flexibilidad. Algunos estudiantes de yoga se ven debilitados por el miedo. Otros tienen problemas de motivación. Hay gente que no puede relajarse. Lo que hace la práctica del yoga es desafiarte en lo que necesites, transformando los lastres en fuerzas y consiguiendo que seas una persona más equilibrada. La práctica de asanas se equilibra por sí sola porque involucra diferentes posturas de cada una de las categorías principales (…). Lo ideal, si las condiciones físicas lo permiten, es incluir algunas posturas vigorosas que se equilibran con la relajación. Ésta es una de las razones por las que las clases de yoga casi siempre terminan con la savasana (shah-VAH-sah-nah), postura del cadáver. Del mismo modo, se pueden equilibrar las asanas con pranayamas, meditación, cantos, visualización guiada y otras técnicas.
El yoga consta de una serie de prácticas que permiten ganar disciplina, fuerza y autocontrol de forma constante mientras se cultivan la relajación, el conocimiento y la ecuanimidad. Aunque no se inventó originariamente para mejorar la salud o facilitar la recuperación de enfermedades graves –así fue y sigue siéndolo para los que lo emplean de ese modo, como camino espiritual, para encontrar la felicidad y el significado en un mundo caótico y fuera de control–, cada vez hay más pruebas científicas que sugieren que el yoga tiene un importante valor terapéutico. Analicemos un ejemplo del mundo real de alguien que utiliza el yoga como medicina para lidiar con algún problema médico.