Aprendizaje y enseñanza del yoga desde la inclusión

Por: Alejandro Arango. (Hari.S.D)

 

En múltiples ocasiones el famoso maestro pionero en las enseñanzas del yoga en occidente Srila Prabhupada  para explicar la razón del ser de su labor, solía citar el famoso aforismo védico: Sarve sukhino bhavantu. “Que todo el mundo sea feliz”. Esta frase no sólo deja ver el carácter todo incluyente de la educación en la tradición védica, sino que además implica una promesa a descubrir y analizar sus verdaderos alcances prácticos, además de un compromiso para quienes están llamados a compartir estas enseñanzas con los demás. A continuación se analizará cada uno de estos aspectos esenciales para el estudio y la práctica del yoga, y para conocer sus aportes a la educación.

 

  1. Educación e inclusión.

 

Cuando se parte de la idea de que todos deben ser felices y se fija esto como la razón de ser del yoga tenemos que, por definición, el yoga concibe la educación desde la inclusión, no como un favor hecho a algunos cuantos sino como parte constitutiva de su razón de ser. Y es importante aclarar esto ya que diferentes procesos de economía y abusos de poder han hecho que de repente la inclusión se vuelva una gran noticia (Matus Cánovas y Haye Molinab, 2015) cuando debería ser lo más natural. De hecho la conceptualización en occidente del término “inclusión” constituye un avance importante que permitió dejar atrás las aparentes soluciones para lidiar con la diferencia o las personas con discapacidad como la “segregación” y la “integración”. 

 

Para superar tales ideas y llegar a comprender la diferencia como una riqueza y la inclusión como la dinámica más natural y emocionante de la educación y de la vida, el yoga presenta diversos análisis y prácticas importantes entre las que destacamos tres: El entendimiento de la abundancia, la comprensión de nuestra esencia, y la oportunidad de encontrar un sentido a la existencia en la correcta interacción con todo lo demás. 

  

La abundancia.

 

Lidiar con la diferencia es difícil, lo extraño parece de por sí amenazante y ¿quién quiere compartir sus privilegios después de lo mucho que le pueden haber costado? Justamente esta idea debe ser corregida para que la inclusión no se vuelva un favor, ni un simple ceder bienpensante ante los otros en términos de tolerancia como lo denuncian Matus Cánovas y Haye Molinab, (2015). La inclusión desde la escasez es improcedente. Compartir cuando hay mucha comida por ejemplo puede llegar a ser posible y, digamos, hasta fácil, pero compartir tu comida cuando sólo hay una porción para tí resulta más complicado. De ahí la importancia de entender la abundancia del universo como elemento importante si se quiere tener una visión de la inclusión sin temores ni recelos. Así, para entender la diferencia y su razón de ser, los yoguis estudian y meditan en el verso número uno del Sri Isopanisad. 

 

īśāvāsyam idaḿ sarvaṁ

yat kiñca jagatyāṁ jagat

tena tyaktena bhuñjīthā

mā gṛdhaḥ kasya svid dhanam

 

En donde se menciona que tanto lo animado como lo inanimado está bajo el control amoroso del Supremo Señor y que se nos invita a confiar sin temor en nuestra provisión y con actitud ecuánime tomar lo que ha sido asignado como nuestra cuota y nada más, sabiendo bien a quién pertenece el resto. Sin la plena confianza en tal información la idea de que los demás, los otros, los diferentes van a venir a quitarme lo mío, estará presente como una amenaza de que nos aleja de la inclusión y el propósito de la educación. 



La esencia espiritual.

 

Ahora bien podemos evidenciar que no todos están capacitados en el plano físico para tener o disfrutar de lo que tenemos a nuestro alrededor, podríamos soñar un mundo en donde cada uno toma su cuota y tener así la misma cantidad de oportunidades económicas para todos. Podemos soñar un mundo en donde el dinero sea repartido de manera equitativa. Pero esto no sólo es muy difícil sino que además resultaría inútil en términos de igualdad de oportunidades y de felicidad porque: ¿Cómo podríamos repartir la salud? ¿Cómo podríamos repartir la belleza? ¿La posibilidad de no tener accidentes? De ahí que la inclusión que parte de la idea de hacer a todos felices necesite entenderse desde un entendimiento del ser que entienda sus necesidades más profundas. Es decir, podemos esforzarnos de manera noble y necesaria por el desarrollo y las oportunidades a nivel físico e intelectual pero siempre encontraremos limitaciones infranqueables para garantizar la participación de todos. 

 

De tal manera que la inclusión necesita si o si plantearse como pregunta de fondo: ¿Educar para qué? ¿Incluir en qué? Para el yoga la educación tiene un fin necesariamente espiritual. Es en nuestra esencia espiritual en donde se encuentra el terreno común al que todos deben tener acceso, en lo demás las diferencias son a menudo infranqueables y aunque hay logros en evitar las barreras puestas por el pésimo modelo social, sólo en el entendimiento espiritual es en donde podemos esforzarnos por dar pleno acceso garantizado. En esta misma dirección esencial va el pedido de las personas con discapacidad que nos corrigen en no llamarlos “discapacitados”, sino “personas con discapacidad”. La persona es lo importante, con la incapacidad aprendemos y nos las vemos, pero sin la esencia tal discapacidad será motivo de separación y no de unión. Esta reflexión también supera los alcances de la inclusión por lo general definida en términos materiales como los hacen por ejemplo Cárdenas Jiménez  y Moreno Angarita (2014).




Sentido de la existencia en compartir. 

 

Con el entendimiento de la finalidad de la educación las múltiples formas de discapacidad se convierten en oportunidades y retos. Desde la comprensión del ser esencial como algo que está más allá de las coberturas físicas y mentales, las discapacidades en esos terrenos serán entendidas y atendidas en su justa proporción sabiendo que en nada pueden llegar a limitar definitivamente el desarrollo espiritual. Más bien justamente en la dinámica de compartirlas encontraremos el avance en nuestras propias limitaciones de entender y celebrar el amor universal, verdera y más profunda limitación que es poca veces realmente considerada. Es justamente en comprender nuestra naturaleza espiritual que puede ejercerse en ayudar a los demás más allá de las limitaciones o incluso encontrando en ellas nuevas manifestaciones de esa realidad superior. Esta serìa una buena mirada para entender la discapacidad màs allá de ser un mero producto de una normalidad impuesta como se ha definido por Matus Cánovas y Haye Molinab. (2015)

 

La capacidad de hablar de forma experta (Pracar) empieza por aprender a escuchar de forma experta, sólo al lograr una buena retroalimentación veremos la forma en que podremos ofrecer a los demás diferentes estrategias para su aprendizaje.

2. Alcances prácticos.

Desde el yoga los condicionamientos del ser se entienden desde el desarrollo de la conciencia. Así estamos condicionados por sólo poder percibir nuestro lo que da placer a nuestros sentidos de forma exclusiva y sin mayores consideraciones en Anna Maya Kosha, o condicionados por sólo percibir aquello mantiene mis signos vitales estables, seguridad, comida sana, etc. en Prana Maya Kosha o por lo que me da una identidad en el plano social ojala de aceptación configurando un desarrollo intelectual agradable en Jnana Maya Kosha o en aquello que invita a liberarse del plano material en Vijñana maya Kosha o entiendo y ejerzo mi real identidad participando de una relación activa con el plano espiritual en Ananda Maya Kosha. Dentro de cada uno de estos condicionamientos hay recursos del yoga que pueden ponerse al alcance de los practicantes como las posturas corporales, las técnicas de respiración, las meditaciones, el trabajo desinteresado y que pueden atender las necesidades de tal estado en particular pero además ayudan a elevar la consciencia hacia el estado siguiente de desarrollo. 

 

De esta manera encontramos la posibilidad de preocuparse por un proceso educativo que tiene en cuenta las necesidades particulares y las atiende pero que tiene como meta de avance siempre el desarrollo de la conciencia. Tal necesidad es el principio sobre el que aquellos que comparten el yoga deben moverse. 

 

Compromiso de quienes comparten el yoga.

 

Compartir el yoga tiene tantos niveles y dimensiones como estados de consciencia es decir personas existen. Partimos de la idea de que el desarrollo de la consciencia está siendo propiciado por la vida misma manifestando tantos y tan diversos maestros a cada paso que estamos todos participando en la maravillosa escuela del yoga desde siempre y sin saberlo. 

 

Ahora bien, esto no quiere decir que debamos ignorar el estudio y la práctica sistemática, lo cual será la base para una buena enseñanza. Esto acompañado de una actitud concreta sin la cual ningún conocimiento de sistema será efectivo. 

 

La actitud y la práctica son fundamentales porque de entrada cada profesor verá limitados sus alcances en la enseñanza según el propio proceso. Es posible que se vea tentado a querer comprender todo el proceso completo desde el principio pero esto será una actitud de apresuramiento que no considera su propio avance de consciencia. Este pensamiento es delicado porque nos priva de la actitud necesaria (Susrusu) para ir avanzando con paciencia hacia zonas que no conocemos. Los yoguis nos advierten al respecto bajo la metáfora de hasti mata o el elefante loco pretender entender y conocer la maestría en el yoga sin un proceso de trabajo humilde bajo la guía de los maestros traerá el efecto que tiene un elefante loco cuando entra a un jardín. Se pretende conocer acerca de las grandes narrativas cuando aún no practicamos el sonido de las vocales más simples.  

 

Es importante aclarar esto antes de mencionar concretamente el proceso sistemático de estudio y práctica de yoga porque el anunciarlo nos permitirá un acercamiento intelectual quizás pero habrá siempre elementos velados para quien no practica con humildad. De hecho se puede anunciar, pero sin práctica lo más probable es que digamos ¿Era eso no más?. Así se muestra el yoga en su profundidad y maravilla una y otra vez seguirá siendo invisible a los ojos apresurados. De hecho el yoga es tan esencialmente dinámico que querer aprenderlo en fórmula es imposible. El sistema tiene peldaños y ayudas pero siempre la guía dinámica del maestro será esencial. Puede pasar que queramos comprender el sistema en sí para liberarnos de la molestia de tener un maestro y tantas otras trampas mortales de nuestro ego que aparecerán desde el más básico de los peldaños y que es la  única incapacidad que nos aleja de la meta verdadera del yoga. 

 

Cuando se entiende que la finalidad de la educación es la felicidad de todos y se comprende que tal finalidad sólo puede alcanzarse con el desarrollo de nuestra consciencia espiritual se plantea la pregunta de ¿Cómo lograrlo? Si las personas aún no tienen conciencia de su propio cuerpo y bienestar es esencial entonces partir de ahí, y así poco a poco ir generando espacios y experiencias para que se expanda la conciencia y surjan preguntas y necesidades manifiestas sobre la mentes y finalmente el alma. Así vemos como una clase de yoga promedio tiene un protagonismo marcado de asanas según un estado de consciencia general. Los profesores cuentan con estas herramientas que se llegan a considerar infalibles en su aplicación. Y así de esta sistema se empiezan a desprender algunos peligros a tener en cuenta.

 

Primero las técnicas en sí mismas son tan efectivas (en dar fuerza y conocimiento) que para aquel que desconozca la meta del yoga o que conociéndola no logre aún sentir su necesidad o forma de aplicarlo en su vida empezará a encontrar en más fuerza y conocimiento sus horizontes de avance. En términos técnicos esta es la amenaza de Karma y al Jñana al Bhakty tan advertida por los maestros. Y una vez más, al considerar a los demás en su avance en el yoga según su capacidad física o intelectual cerrará las puertas al Sarve Sukhino Bhavantu y la finalidad de una educación inclusiva. 

 

Ahora bien, ¿Qué hacer cuando nos encontramos en tal situación? ¿Cuáles serían las recomendaciones para los profesores cuando detectan tal situación en sus prácticas de enseñanza? Para empezar debemos conocer que la manifestación de los estados de consciencia superiores en nuestra práctica están mucho más accesibles de lo que pensamos. En el Bhagavad Gita se invita una y otra vez a apreciar en cada circunstancia la manifestación del Supremo acompañado de una oportunidad de servicio. Ahora, ¿Cómo podemos ver esto? Cuando nos lo muestra alguien que ya lo está viendo. Así la confianza en el Supremo y la guía y confianza en el maestro son la clave. No importa la condición, las limitaciones físicas o mentales que podamos tener, esta actitud del corazón no sólo supera cualquier elemento sino que permite colocarlo y abordarlo con sabiduría y en su justa medida. 

 

El resultado de cultivar este espíritu se verá reflejado en la manifestación de las cuatro habilidades de un maestro de yoga: Pracar, Acar, Vicar y Upacar

La capacidad de hablar de forma experta (Pracar) empieza por aprender a escuchar de forma experta, sólo al lograr una buena retroalimentación veremos la forma en que podremos ofrecer a los demás diferentes estrategias para su aprendizaje. Este elemento por supuesto no se limita a palabras sino a todo un cúmulo de acciones y actitudes en donde residen una importante capacidad de comunicarnos (Acar), la posibilidad de asimilar el conocimiento para hacerlo cercano y comprendido haciendo que Guru, Sadhu y Sastra sea asimilado y potenciado por la realización de nuestro propio corazón Cittete (Vicar). Y finalmente permitir que se pueda hacer una ofrenda de lo aprendido que es la finalidad del yoga porque es como se completa la conexión (Upacar). Cabe anotar que cada uno de estos aspectos puede equipararse con las propuestas de Harvard sobre inclusión y sus recomendaciones en CAST (2011)

 

Una vez más tales elementos no se entienden de forma teórica sino que van manifestando por la escucha atenta y la confianza. Así los profesores se encuentran de manera natural compartiendo prasadam a sus estudiantes, escribiendo en un tablero frases “sugestivas” que acompañan la clase de asanas, invitando a los estudiantes a llegar antes de las sesiones para hablar de filosofía, hacer un pequeño artik, limpiar el salón, cantar, conversar de forma honesta, dar regalos y tantas otras prácticas que nacen del deseo de cultivar la escucha atenta y servir. 

 

Referencias.

CAST (2011). Universal Design for Learning Guidelines version 2.0. Wakefield, MA: Author.

Traducción al español versión 2.0. (2013)

 

Matus Cánovas, C y Haye Molinab, A. .(2015) Normalidad y diferencia en la escuela: Diseño de un proyecto de investigación social desde el dilema político-epistemológico* Estudios Pedagógicos XLI, N° Especial: 135-146, 2015

 

Cárdenas Jiménez, A y Moreno Angarita, M (2014) De la adversidad al éxito: voces de la resiliencia desde la discapacidad.. Bogotá, D. C., Colombia, octubre de 2014

Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá

hacer abierto a cualquiera que lo quiera tomar. Cuentan que al mismo Jesús le interrogaron de igual manera: ¿Quién será el siguiente maestro? Y Jesús, como buen yogui, fiel al proceso de Guru-discípulo, que sin duda conocía bien, contestó: “Quien quiera que sea que se haga ya mismo servidor de todos los demás”. Sin hacer referencia a un género sino a su función. Y aclarando, a la vez, que ya todo aquel que sirva con sinceridad tiene mucho que enseñarnos.

Siguiendo tal esencia, podemos encontrar en la tradición del yoga muchas yoguinis catalogadas como auténticas vaisnavis como la famosa Kunti Devi, Draupadi (la esposa de los Pandavas) o en términos más recientes: Jhanava Devi Dasi, quien después de la partida de Caitanya Mahaprabhu fue la yoguini más influyente en su tiempo.

En los tiempos actuales también se destaca Shrimati Jayshree Devi la Guru Acarya del Shree Guru Prapanna Ashram, la primera institución dentro del Gaudiya Vaisnavismo enfocada en mujeres compuesta por entregadas yoguinis y auténticas Vaisnavis.

Esta hermosa familia fue fundada por Shrila Patitpavan Goswami Thakur, discípulo de Jagatguru Shrila Prabhupada Bhaktisiddhanta Saraswati Goswami Thakur. Su existencia fue reseñada por la agencia de información Vina y celebrada por los yoguis alrededor del mundo.

Shrimati Jayshree Devi es una respuesta y muestra directa a la pregunta: “¿Por qué no hay mujeres Guru?”  Tanto en la forma como en la esencia.

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