2. Alcances prácticos.
Desde el yoga los condicionamientos del ser se entienden desde el desarrollo de la conciencia. Así estamos condicionados por sólo poder percibir nuestro lo que da placer a nuestros sentidos de forma exclusiva y sin mayores consideraciones en Anna Maya Kosha, o condicionados por sólo percibir aquello mantiene mis signos vitales estables, seguridad, comida sana, etc. en Prana Maya Kosha o por lo que me da una identidad en el plano social ojala de aceptación configurando un desarrollo intelectual agradable en Jnana Maya Kosha o en aquello que invita a liberarse del plano material en Vijñana maya Kosha o entiendo y ejerzo mi real identidad participando de una relación activa con el plano espiritual en Ananda Maya Kosha. Dentro de cada uno de estos condicionamientos hay recursos del yoga que pueden ponerse al alcance de los practicantes como las posturas corporales, las técnicas de respiración, las meditaciones, el trabajo desinteresado y que pueden atender las necesidades de tal estado en particular pero además ayudan a elevar la consciencia hacia el estado siguiente de desarrollo.
De esta manera encontramos la posibilidad de preocuparse por un proceso educativo que tiene en cuenta las necesidades particulares y las atiende pero que tiene como meta de avance siempre el desarrollo de la conciencia. Tal necesidad es el principio sobre el que aquellos que comparten el yoga deben moverse.
Compromiso de quienes comparten el yoga.
Compartir el yoga tiene tantos niveles y dimensiones como estados de consciencia es decir personas existen. Partimos de la idea de que el desarrollo de la consciencia está siendo propiciado por la vida misma manifestando tantos y tan diversos maestros a cada paso que estamos todos participando en la maravillosa escuela del yoga desde siempre y sin saberlo.
Ahora bien, esto no quiere decir que debamos ignorar el estudio y la práctica sistemática, lo cual será la base para una buena enseñanza. Esto acompañado de una actitud concreta sin la cual ningún conocimiento de sistema será efectivo.
La actitud y la práctica son fundamentales porque de entrada cada profesor verá limitados sus alcances en la enseñanza según el propio proceso. Es posible que se vea tentado a querer comprender todo el proceso completo desde el principio pero esto será una actitud de apresuramiento que no considera su propio avance de consciencia. Este pensamiento es delicado porque nos priva de la actitud necesaria (Susrusu) para ir avanzando con paciencia hacia zonas que no conocemos. Los yoguis nos advierten al respecto bajo la metáfora de hasti mata o el elefante loco pretender entender y conocer la maestría en el yoga sin un proceso de trabajo humilde bajo la guía de los maestros traerá el efecto que tiene un elefante loco cuando entra a un jardín. Se pretende conocer acerca de las grandes narrativas cuando aún no practicamos el sonido de las vocales más simples.
Es importante aclarar esto antes de mencionar concretamente el proceso sistemático de estudio y práctica de yoga porque el anunciarlo nos permitirá un acercamiento intelectual quizás pero habrá siempre elementos velados para quien no practica con humildad. De hecho se puede anunciar, pero sin práctica lo más probable es que digamos ¿Era eso no más?. Así se muestra el yoga en su profundidad y maravilla una y otra vez seguirá siendo invisible a los ojos apresurados. De hecho el yoga es tan esencialmente dinámico que querer aprenderlo en fórmula es imposible. El sistema tiene peldaños y ayudas pero siempre la guía dinámica del maestro será esencial. Puede pasar que queramos comprender el sistema en sí para liberarnos de la molestia de tener un maestro y tantas otras trampas mortales de nuestro ego que aparecerán desde el más básico de los peldaños y que es la única incapacidad que nos aleja de la meta verdadera del yoga.
Cuando se entiende que la finalidad de la educación es la felicidad de todos y se comprende que tal finalidad sólo puede alcanzarse con el desarrollo de nuestra consciencia espiritual se plantea la pregunta de ¿Cómo lograrlo? Si las personas aún no tienen conciencia de su propio cuerpo y bienestar es esencial entonces partir de ahí, y así poco a poco ir generando espacios y experiencias para que se expanda la conciencia y surjan preguntas y necesidades manifiestas sobre la mentes y finalmente el alma. Así vemos como una clase de yoga promedio tiene un protagonismo marcado de asanas según un estado de consciencia general. Los profesores cuentan con estas herramientas que se llegan a considerar infalibles en su aplicación. Y así de esta sistema se empiezan a desprender algunos peligros a tener en cuenta.
Primero las técnicas en sí mismas son tan efectivas (en dar fuerza y conocimiento) que para aquel que desconozca la meta del yoga o que conociéndola no logre aún sentir su necesidad o forma de aplicarlo en su vida empezará a encontrar en más fuerza y conocimiento sus horizontes de avance. En términos técnicos esta es la amenaza de Karma y al Jñana al Bhakty tan advertida por los maestros. Y una vez más, al considerar a los demás en su avance en el yoga según su capacidad física o intelectual cerrará las puertas al Sarve Sukhino Bhavantu y la finalidad de una educación inclusiva.
Ahora bien, ¿Qué hacer cuando nos encontramos en tal situación? ¿Cuáles serían las recomendaciones para los profesores cuando detectan tal situación en sus prácticas de enseñanza? Para empezar debemos conocer que la manifestación de los estados de consciencia superiores en nuestra práctica están mucho más accesibles de lo que pensamos. En el Bhagavad Gita se invita una y otra vez a apreciar en cada circunstancia la manifestación del Supremo acompañado de una oportunidad de servicio. Ahora, ¿Cómo podemos ver esto? Cuando nos lo muestra alguien que ya lo está viendo. Así la confianza en el Supremo y la guía y confianza en el maestro son la clave. No importa la condición, las limitaciones físicas o mentales que podamos tener, esta actitud del corazón no sólo supera cualquier elemento sino que permite colocarlo y abordarlo con sabiduría y en su justa medida.
El resultado de cultivar este espíritu se verá reflejado en la manifestación de las cuatro habilidades de un maestro de yoga: Pracar, Acar, Vicar y Upacar.
La capacidad de hablar de forma experta (Pracar) empieza por aprender a escuchar de forma experta, sólo al lograr una buena retroalimentación veremos la forma en que podremos ofrecer a los demás diferentes estrategias para su aprendizaje. Este elemento por supuesto no se limita a palabras sino a todo un cúmulo de acciones y actitudes en donde residen una importante capacidad de comunicarnos (Acar), la posibilidad de asimilar el conocimiento para hacerlo cercano y comprendido haciendo que Guru, Sadhu y Sastra sea asimilado y potenciado por la realización de nuestro propio corazón Cittete (Vicar). Y finalmente permitir que se pueda hacer una ofrenda de lo aprendido que es la finalidad del yoga porque es como se completa la conexión (Upacar). Cabe anotar que cada uno de estos aspectos puede equipararse con las propuestas de Harvard sobre inclusión y sus recomendaciones en CAST (2011)
Una vez más tales elementos no se entienden de forma teórica sino que van manifestando por la escucha atenta y la confianza. Así los profesores se encuentran de manera natural compartiendo prasadam a sus estudiantes, escribiendo en un tablero frases “sugestivas” que acompañan la clase de asanas, invitando a los estudiantes a llegar antes de las sesiones para hablar de filosofía, hacer un pequeño artik, limpiar el salón, cantar, conversar de forma honesta, dar regalos y tantas otras prácticas que nacen del deseo de cultivar la escucha atenta y servir.
Referencias.
CAST (2011). Universal Design for Learning Guidelines version 2.0. Wakefield, MA: Author.
Traducción al español versión 2.0. (2013)
Matus Cánovas, C y Haye Molinab, A. .(2015) Normalidad y diferencia en la escuela: Diseño de un proyecto de investigación social desde el dilema político-epistemológico* Estudios Pedagógicos XLI, N° Especial: 135-146, 2015
Cárdenas Jiménez, A y Moreno Angarita, M (2014) De la adversidad al éxito: voces de la resiliencia desde la discapacidad.. Bogotá, D. C., Colombia, octubre de 2014
Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá
hacer abierto a cualquiera que lo quiera tomar. Cuentan que al mismo Jesús le interrogaron de igual manera: ¿Quién será el siguiente maestro? Y Jesús, como buen yogui, fiel al proceso de Guru-discípulo, que sin duda conocía bien, contestó: “Quien quiera que sea que se haga ya mismo servidor de todos los demás”. Sin hacer referencia a un género sino a su función. Y aclarando, a la vez, que ya todo aquel que sirva con sinceridad tiene mucho que enseñarnos.
Siguiendo tal esencia, podemos encontrar en la tradición del yoga muchas yoguinis catalogadas como auténticas vaisnavis como la famosa Kunti Devi, Draupadi (la esposa de los Pandavas) o en términos más recientes: Jhanava Devi Dasi, quien después de la partida de Caitanya Mahaprabhu fue la yoguini más influyente en su tiempo.
En los tiempos actuales también se destaca Shrimati Jayshree Devi la Guru Acarya del Shree Guru Prapanna Ashram, la primera institución dentro del Gaudiya Vaisnavismo enfocada en mujeres compuesta por entregadas yoguinis y auténticas Vaisnavis.
Esta hermosa familia fue fundada por Shrila Patitpavan Goswami Thakur, discípulo de Jagatguru Shrila Prabhupada Bhaktisiddhanta Saraswati Goswami Thakur. Su existencia fue reseñada por la agencia de información Vina y celebrada por los yoguis alrededor del mundo.
Shrimati Jayshree Devi es una respuesta y muestra directa a la pregunta: “¿Por qué no hay mujeres Guru?” Tanto en la forma como en la esencia.