La diferencia entre un cuerpo vivo y un cuerpo muerto radica en que la consciencia, el alma ya no está presente. Todo lo visible se mantiene en el lugar que estaba un segundo antes de morir, pero ahora ya no hay conciencia en ese cuerpo.
Así tenemos el aporte conceptual de oriente que invita a la psicología que antes sólo media reacciones y reflejos condicionados y luego profundizó hasta tendencias, estructuras de pensamiento, y otros elementos sutiles, a que incluya la innegable presencia e influencia del aspecto espiritual. Justamente porque con su inclusión se abren las puertas a su capacidad sanadora. Es importante aclarar que la psicología transpersonal ya incluye elementos espirituales. Sin embargo todavía lo hace desde una visión muy general de lo que es espiritualidad, con la posibilidad de perder el carácter individual de cada alma. Lo cual es justo el aporte sustancial de la filosofía de oriente. Un interpretación de la espiritualidad en donde hay una sóla instancia uniforme, le quita a cada alma su capacidad personal, desde donde nace la variedad del gozo real y la capacidad de relación y por lo tanto de amor.
Aceptar la dimensión espiritual, y este es el aporte del método del yoga a la psicología, requiere abordar la espiritualidad desde la individualidad. El ser se sostiene sobre el alma, que si bien pertenece a la misma esfera de las otras almas, no por ello debemos concluir que se funde con las demás. Mi trabajo individual continúa, más ahora que he abandonado mis consideraciones erróneas sobre mi yo. A veces se plantea que lo erróneo es justamente lo individual, pero esto es porque sólo se tiene experiencia de una individualidad que se manifiesta desde el egoísmo y la competencia, tan característico de este plano material. La riqueza de los textos del yoga nos permiten conocer y familiarizarnos con las dinámicas de ese otro plano, algo que podemos ejercer desde acá, justamente en nuestro actuar como individuos.
La experiencia individual válida la búsqueda individual y la escucha del guardián interno. Así como las experiencias de intuición de conexión espiritual, que se manifiestan con el absoluto, en sus múltiples aspectos, pero siempre partiendo de una experiencia personal-individual. Tales experiencias cuentan con recursos presentados en la literatura de oriente los cuales están disponibles dejando al individuo la libertad de elección.
El estudio del ser en el yoga le devuelve a éste la responsabilidad sobre su lugar en el mundo y la dedicación de su tiempo. Presentando las distintas posibilidades de conexión permanente con el absoluto, finalmente la relación que se establece con nuestra identidad espiritual y con la divinidad depende de lo que libremente dispongamos y dediquemos. Como elemento de partida se quita la idea de que Dios o el universo nos deben, y nos han fallado, construyendo una personalidad de queja constante. Más bien se anima a un estudio responsable, lleno de entusiasmo y de acciones prácticas.
Existe una dimensión del individuo que pierde perspectiva de la vida y del universo cuando no toma en cuenta la eterna realidad, la eterna existencia. Es así como la psicología se ve tremendamente enriquecida cuando le permite a los individuos, sin amenazas institucionales ni supuestas tradiciones manipuladas, restaurar su conexión individual con la espiritualidad y con Dios.